sábado, 23 de octubre de 2010

Libertad.


Cuando el pelo se te enreda con el viento, corriendo hacia cualquier lugar donde te lleven tus pies, abriendo bien la boca para comerte el mundo entero. Siguiendo tu propia filosofía, sin dejarte llevar por nada que no seas tú. Esa sensación de independencia, de que sólo tú eres dueña de ti misma. Y que cuando te canses de correr, no te pararás, porque empezarás a caminar, sintiendo la hierba mojada bajo tus pies y llenándote los pulmones del olor de la libertad.



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